The european observer

jueves, 24 de mayo de 2012

Tiene 92 y tres ladrones lo desvalijaron: "No me iba a hacer el Robin Hood"

http://www.diariouno.com.ar/policiales/Tiene-92-y-tres-ladrones-lo-desvalijaron-No-me-iba-a-hacer-el-Robin-Hood-20120523-0013.html

Los delincuentes le llevaron todo a Aldo Santoni: desde el juego de living y el de comedor, a un un reloj y otras pertenencias.





FOTO: ADRIÁN MARIOTTI / DIARIO UNO
Catherina Gibilaro
cgibilaro @diariouno.net.ar
Aldo Santoni tiene 92 años y tuvo que soportar una noche de pesadilla cuando tres delincuentes ingresaron a su vivienda mientras estaba durmiendo y la desvalijaron completamente. Incluso le robaron los cubiertos.
Pero Santoni no es un hombre común. Ha viajado mucho por el mundo, está completamente lúcido y controla sus emociones y reacciones. Tanto es así que los delincuentes, al ver que se quedó debajo de las cobijas, no lo tocaron. “Porque no me iba a hacer el Robin Hood –argumentó– reaccionando ante tal atropello, porque sabía que si lo hacía ellos me podían matar. Máxime considerando que no tenía a quién pedirle ayuda, ya que vivo solo”.
La casa tiene un gran parque con pileta y está ubicada en Moldes de la Sexta Sección de Ciudad, y está rodeada de viviendas elegantes. Enfrente está el conocido barrio Costa Esperanza, donde se cobijan algunos delincuentes, “más allá de que hay gente honesta”, dijo Santoni.
Los ladrones sabían de antemano todos los movimientos de la vivienda y esto lo demuestra el hecho de que ingresaron por la puerta del garaje, que da a Tiburcio Benegas, porque el tamaño del portón les permitiría sacar los muebles con comodidad.
Santoni continuó contando su odisea a UNO. Relató que escuchó ruidos raros y que entonces decidió meterse aún más debajo de las frazadas. Contó que de repente le prendieron la luz de la habitación y detalló lo que vio delante de él: “Tres tipos grandotes me pedían la plata y allí me percaté de que esos ruidos provenían del portón, que debieron forzar para ingresar. Me hice el estúpido. Como les dije que era un jubilado y que no tenía dinero, decidieron meter manos al cajón de la mesa de luz, de donde me sacaron el reloj. No les importaba mucho si hacían ruido, porque sabían que estaba solo”.
De esta manera, comenzaron a apoderarse de todos los muebles del living y del comedor, excepto de un modular que por su tamaño no podían mover. Para poder sacar todo decidieron arrancar la reja que separa el living comedor con el gran jardín con pileta. También ingresaron al escritorio de la vivienda y allí hicieron estragos buscando dinero por todos lados. Pero no hallaron nada, porque el hombre no poseía plata. Entonces optaron por seguir adelante para desvalijar la casa. “Creo que eran profesionales –dijo Santoni–, ya que en ningún momento usaron la violencia en mi contra. Además, yo estaba totalmente indefenso y no me iba a hacer el loco a esta edad”.
“También pienso –agregó– que ellos deben haber llegado con una camioneta o un camión para poder llevarse todos los muebles sin ningún problema. Vivo acá hace 57 años, pero nunca había sufrido un problema de éstos. Mi preocupación grande es que no me rompieran los documentos, para poder seguir viajando”.

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